jueves, 16 de febrero de 2017

Importancia de la Comunicación en el  Derecho

En primer lugar debemos entender que la comunicación es: el proceso de trasmisión de información entre un emisor y un receptor que interpreta dicho mensaje. El término de comunicación procede del latín communicare que significa ¨hacer a otro participe de lo que uno tiene¨. Todo ser humano y animal tiene la capacidad de comunicarse con los demás, lo podemos notar desde la era primitiva en donde nuestros antepasados plasmaron diversos mensajes en rocas de las cuevas con pinturas hechas a base de frutas, plantas o de sangre de animales.

Por otra parte, desde pequeños nos enseñan a leer y escribir, ya que es un requisito para facilitarnos el quehacer diario. Sin embargo para un abogado el saber expresarse frente a un público es esencial en el momento de ejercer, ya que un licenciado puede tener todos los conocimientos y habilidades, pero sino es capaz de expresar sus argumentos no mostrará confianza o seguridad y no podrá resolver sus casos. Es importante la buena expresión tanto oral como escrita, ya que la primera nos abre muchas puertas, pero al igual que habilidades como: el saber pararte frente a un juzgado, el volumen de la voz y la postura, atraen la atención de nuestros receptores.

Para ello recurrimos a las habilidades o competencias comunicativas, que se entienden como: un conjunto de procesos lingüísticos que se desarrollaron durante la vida con el fin de participar con eficiencia y destreza, en todas las esferas de la comunicación y la sociedad humana. Hablar, escuchar, leer y escribir, son habilidades del lenguaje. A partir de ellos nos desenvolvemos en la cultura y la sociedad, y a través de su desarrollo nos volvemos competentes comunicativamente.
¿De qué manera se comunica correctamente el abogado? La diversidad lingüística en el caso de un abogado que tiene su nivel cultural elevado nos referimos a un lenguaje culto que es necesario para poder expresar con exactitud un determinado concepto y de esta manera es entendido sin equivocación. Además de ser este lenguaje de más alto nivel en la jerarquía de la diversidad lingüística. Este nivel es comúnmente con el que el abogado se dirige al juez, ya que como ambos están especializados en la materia, es decir, son juristas existe un canal adecuado. En cambio en la relación cliente-abogado utilizamos el nivel estándar, para que se dé una buena comunicación y el cliente no mal interprete. Para ello es necesario hablarle con palabras que entienda, claro con el fin de que haya una buena comunicación.

Recordemos que el ser humano es un ser sociable, que se relaciona con demasiadas personas, es imposible no desarrollar un lazo con ellas. Los aspectos que componen la comunicación humana son variados, en nuestra relaciones con los demás mostramos más de lo que decimos con simples palabras, decimos mucho con la mirada, con un gesto somos capaces de reforzar lo dicho pero también de desautorizarlo. ¿Cuántas veces hemos escuchado que el abogado es un ser despiadado, frio y vil? Aquí entra la cuestión de los sentimientos. Es importante mostrar empatía cuando nos presentan un caso y la delicadeza para luchar por él, pero también la determinación para defender los intereses de nuestro cliente, o inclusive para defender la justicia misma.

Como sabemos a lo largo de la historia de nuestro sistema jurídico mexicano los procedimientos escritos fueron los que rigieron nuestro país durante muchos años, asimismo fueron asimilados por los juzgadores por supuesto a través de la lectura sin tener contacto visual y sin tener que escuchar al abogado y a las partes directamente. Hoy en día se implementó el nuevo sistema acusatorio (juicios orales), el que consiste en varias etapas tales como: investigación, intermedia y etapa de juicio oral.

El juicio oral consiste en una audiencia que se lleva a cabo para decidir de forma definitiva sobre la culpabilidad o inocencia del imputado. Es aquí en donde debemos poner en practica todas las habilidades comunicativas, es importante asistir a un curso de oratoria, ya que para la vida profesional del abogado es importante conocer que no se nace sabiendo hablar adecuadamente, es una habilidad que se adquiere y se desarrolla con el paso del tiempo y es necesario estar constantemente estudiando, la formula está en la capacidad del hablante para convencer al oyente.

En los cursos de oratoria o de retórica jurídica se puede aprender mucho sobre cómo hablar en público, como superar el miedo a la hora de expresarnos ante una multitud, aprender técnicas para evitar la ansiedad y calmar los nervios a la hora de mostrar nuestros argumentos ya que en la abogacía es fundamental la argumentación eficaz. La oratoria pretende que ganes la confianza del público, además de estructurar un buen discurso, las técnicas por las que debes optar a la hora de hablar, dejar de lado las muletillas, y sobretodo el lenguaje corporal ya que para un buen orador no solo es importante el texto que dice. También hay elementos como los gestos, la posición del cuerpo y la vestimenta. Y lo más importante: cómo enfrentarse a un oponente. El debate es un tema importante en un curso de este tipo. Aquí se ensenan las claves para contestar al oponente correctamente y salir exitoso.

Se dice que el 50% de la capacidad de un abogado está en sus conocimientos y sus ideas, el otro 50%, en su capacidad de comunicarlas. De esta manera, el riesgo está en equivocar la fijación de los objetivos, si el abogado se equivoca, la persona que más se verá afectada será su cliente. Del total de las fallas en los casos, el 85% se debe a errores de comunicación. Así, si ellos no están convencidos del mensaje que transmiten, no podrán expresarlo de manera adecuada. Debe transmitir seguridad ante el juez, y la otra parte, pues el juez revisa el caso, escucha, analiza y da la sentencia, por lo que debe estar seducido y conquistado por las palabras del abogado, solo de esta manera se obtendrá el éxito del caso. Una vez conseguido esto, el caso será sostenible, continuará con fuerza propia incluso ante la ausencia del abogado.

En consecuencia de lo antes ya mencionado, nadie pone en duda que tanto para la enseñanza como para la práctica jurídica, la comunicación oral es necesaria y a la vez complementaria para la formación integral de los futuros juristas. Para defender y aconsejar, un abogado tiene que saber transmitir sus pensamientos y argumentos mediante la palabra y, además, ser elocuente. Y no solo basta con tener un vocablo fluido y de gran contenido, sino que debe hacerse oír por todos los que le escuchan, por lo que técnicas de comunicación como la dicción clara, un ritmo adecuado a cada circunstancia, una voz sonora y rica en inflexiones y matices, resultan cruciales. Por otra parte es necesario destacar que la comunicación escrita también es de suma importancia, al momento de redactar una demanda el abogado puede enfrentar el terror de la página en blanco, por ello debe empaparse de todas las palabras que pueda y lograra la selección de estas a la hora de elaborar un texto y también el uso correcto de los signos de puntuación ya que por un acento, una coma, o una falta de ortografía podemos privar de la libertad a un inocente.


Castañeda Luz Helena
 González Ventura Anhira Pamela
  Márquez Herrera Jaqueline
 Piña Calderón María Luisa

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